viernes, marzo 31, 2006

Pronto las cosas se fueron alejando, mis cosas/tus cosas, las promesas sudadas, las ventanas empañadas. Vidrios explotando hacia adentro, clavando violentamente cada esquina del cristal en nuestras caras, en nuestros cuerpos, en las almas.

El ruido ensordecedor/La mutilante explosión. Nuestros oídos en mute. Todo en mute, todo y todo y todos.

Y te dije que te había creído, que te había esperado, y tratabas de apartar los cristalesrotos de mis ojos, gritando que queías, quehabíasquerido, que habías tratado, quehabías tratado, que te habías congelado /que yo te había congelado en ausencia, en reminicencia, en memorias que viajaban más rápido que yo, en los recuerdos que me adelantaron kilómetros y kilómetros.

Que ahora no quedaba mucho, que me querías mucho /por lo que quedaba/ que había sido todo tan lindo, casi tan lindo como yo - que nunca ví.

Y te apartabas, desbloqueando rápido el espacio que me protegía de los cristales, te volvías transparente, te ví, y me matabas tanto, y me moría tanto. Tan lento mientras girabas tan hermoso. Y yo tan azúl, tan cortada.

Ahora los ecos golpeaban. Que yo te congelé que yo te congelé que yo te amé que yo te amé, que yo te amo que yo te amo, que todo se difuminó, que la distancia nos mató, que el verano fue en vano, una ilusión cristiana, como una iglesia en un pueblo fantasma: sin realidad, sin consecuencias.

incoherente
imperecedero
insensato.

domingo, marzo 19, 2006


Desde la húmeda esquina del pasaje apresuró sus pasos para que la tormentosa lluvia de la ciudad no empapase su chaqueta por completo. Ni su alma
Ni su pelo
Ni sus sueños

Veinte pasos hacia la mitad, tres para entrar, ocho subiendo las escaleras.
En la habitación una agitada respiración invade, la mano en la tranca.

El bolsito no cae, los pies húmedos aún, se desabrocha los zapatos y hacia la esquina de su cama uno de sus brazos se estira mágicamente a coger la herida, la pre-herida, el arma blanca de los sueños negros, la vía, la válvula...

Sus ojos se convierten en óvalos transparentes que reflejan la imágen de un árbol perdido en la nada, en un lugar oscuro, neblinesco, un lugar parecido a la esquina de su casa. De esa casa, sin casa, sin esquina, en sus ojos no hay nada.

Con el arma, sin zapatos, con bolsito, sin chaqueta, sin piel, llúvia ácida y corre hacia el árbol, a encontrarlo, a escarbar en los sueños, persiguiéndo la imágen, invento creativo de la mente más perversa, violadora de ilusiones.

Ciega roza el suelo, casi imperceptible entre la bruma, fantasmagórica, sin encontrar el árbol, girando dentro del huracan provocado por sus entrañas en todo lo que toca. La desesperación invade, los sueños se evaporan entre la lluvia que queda de una noche imaginaria, de un cielo plateado de una lluvia de navajas, y el árbol sigue sin aparecer. Como aire en las venas, como una inyección vacía.

El árbol, finalmente, en un lugar desconocido, un lugar ubicado tras las huellas del hilo de sangre que corre desde la esquina hasta su casa.

viernes, marzo 17, 2006

Diplomática Violencia

Los poros comienzan a sobre oxigenarse y saturarse cuando es imposible conciliar el sueño, cuando piensas en lo que fue y en lo que viene, en lo que dijiste y en lo que no deberías o podrías haber hecho, aún cuando el futuro más próximo en tu vida sean las siguientes cuatro horas que quedan para presenciar el amanecer nuevamente, con los ojos entreabiertos e histéricos, plagados de estáticas rojas arañas.

Mis manos entre mi pelo, se convierten en furiosas raíces tratando de escarbar la tierra para poder vivir, para nacer denuevo, se curvan como recargándose de energía para salir de ahí, de eso, de mi cabeza, de mí, de todo, tratando de cavar hoyos en el cráneo, para enraizarse, para que los pensamientos se fuguen como gas desde una válvula abierta, silenciosos, discretos, imperceptibles, de pasos panteréscos y quizás intencionales, tratando de evadir los testigos. El testigo.

¿Y qué es lo que podría haber hecho, porqué, qué? Para dormir quizás haber estado despierta en ese momento, en ese instante en que mirabas hacia tu derecha preocupado, mi cuerpo inerte en el asiento del copiloto, podríamos quizás no haber tomado, o haber entrado a donde íbamos a entrar, o no haber zafado las órdenes, haber matado, o no transgredido las leyes. Y todo lo que se podría haber hecho terminó en un montón de moretones dolorosos, en montañas de remordimientos, de angustias y de miedos. En una patrulla exacta, castigadora y amenazante, en una grúa, en lluvia, en ti y en mí en un frío hospital.

No voy a dejar que nos separen, lo repetí entre balbuceos y búsquedas descontroladas de tus manos o tu cara, al menos diez veces mientras tratabas de zafar tus piernas del asiento, mientras tratabas de salvarme, no voy a dejar que nos separen, mientras me ayudabas a empujar la puerta para salir y buscar ayuda, no voy a dejar que nos separen, mientras los carabineros tomaban mis brazos y me alejaban de ti, interrogándote, sofocándote, y yo congelada en una patrulla, tratando de observarte, pensando y odiando mis vicios, mis excesivas culpabilidades, cerrando los ojos para poder perdonarme, una vez más, para eliminar las piedras de mi conciencia.

Si yo no hubiese tomado, mientras ingresábamos al hospital por esos pasillos interminables, grises, fríos y mojados, si yo no hubiese tomado, mientras te inyectaban la jeringa maldita, si yo no hubiese tomado, mientras constataban mis heridas culposas.

Quería verte y las gigantes puertas de acero se cerraban ante mi, tras de ti, laberinto asqueroso lleno de gemidos tortuosos de cientos de dolores ajenos que se convierten en tu dolorosa condena y en mi merecida perpetuidad.

Quizás ellos lo sabían, como tu madre, sabían que no debería haber hecho tantas cosas, que no debería haber permitido tantos asaltos, y por eso cerraban las puertas, y yo desesperada jurándote en el alma que no nos iban a separar, que nadie entendería, que el silencio era lo mejor, que sí, sería justo que me apedreen, que ..si yo no hubiese tomado, que si yo no hubiese muerto a ratos estaría a tu lado hoy, en paz, en esa paz que tenemos constantemente hasta que se corta con el viento de la distancia, la inminente distancia que ha venido a jodernos, mierda!
Mierda! justo cuando mi alma estaba a punto de blanquearse, la culpa es insistente, mi magia negra es eterna, los vidrios, el auto, todo destrozado, tu alma, tus papeles, mis sentimientos, tus ojos, tus piernas afiladas, mis huesos huecos.

Si yo no hubiese hecho tantas cosas, que hija de puta.

A ratos tus manos temblorosas lograban alcanzar las mías, y yo te miraba con ojos de culpa vergonzosa, te sentía tan fuerte, tan fuerte como nunca te vi, como siempre quize verte. Y tu, tú me mi mirabas con los mismos ojos, pero tuyos, con los que perdieron el camino por mirarlos a éstos, a los míos malditos, cegadores, encandiladores de prohibiciones, para hacerlos despertar, por evitar que se fueran, para hacer que me quede. Gritabas con tus manos. Tus manos me encontraban, me buscaban cuando no respondía, cuando tiritaba, estaban frías, petrificadas, en ese momento y para siempre.

Mojados hasta el alma, caminamos, caminamos y caminamos...
Tú pensando en tu vergüenza y yo sabiéndome culpable bajo una diplomática violencia

Tú pensando en que decir, y como siempre, yo

diciendo nada.

sábado, marzo 04, 2006

Mi sangre

L: ¿Qué? vas a arrancar denuevo, asi como sueles hacerlo, asi como has vivido toda tu vida, huyendo de los lugares en donde ya no te gusta estar o donde temes estar.
Av: Sí, me gusta y que, ¿Qué vas a hacer al respecto?
L: Nada, porque eres una cobarde, porque vives con miedo y miedo de enfrentar tu miedo a amar, a reconocer las cosas que te hacen daño y luchar en contra de tus fantasmas.
Av: No es as...
L: Estás en un lugar y te refugias en un oasis de gente, comienzas a aferrarte y ya tienes la fuerza suficiente para escapar denuevo
Av: Qué sabes tu de mi! eres un pendejo hijito de su mamá.
L: Y que sabes tu de ti. Eres una pendeja hija de nadie, muriendo por ser de alguien.
Av: No te oigo, no pienso escucharte.
L: Ni a mi ni a nadie, solo porque sabes que es cierto, porque también le temes a la verdad, y me dices que te olvidaste de mi porque te acabas de dar cuenta de lo enamorada que estás de mi y lo difícil que será tu vida si nos separamos.
Av:Mentira, ya no te quiero, nunca te quize ok? Déjame tranquila, Déjame! me voy, suelta la mochila!
L: Sí me quieres, me amas y sabes qué?
adivina: Tienes miedo!
Av: No te tengo miedo
L: No a mi, o quizás a mi poca fuerza, pero es miedo a lo que tengas que hacer para seguir amando. Dejate de arrancar Paz, dejate de arrancar.
Vamos abrázame, ahora no tienes que tener miedo.
Av: ¡No quiero! ¡Déjame tranquila! ¡No te quiero! ¡Aléjate de mi! ¡No me toques! ¡Olvídate de mi y de todo lo que te he dicho, olvídate de nosotros y de esta loca que te ha alejado de todo lo que tu más has querido!...De esta extraña que te blanqueo los ojos para que no vieras nada más, y que no puede entregarte todo lo que quieres...me voy y no estoy más.
L: No te vas, estas muy cerca mío
Av: Solo me quiero despedir, sí lo haré, te juro que lo haré...te lo juro que...
Mi cuerpo se curva con tu cabeza golpeándolo hasta quebrarlo, mi pelo se clava como púas en tus dedos suaves yperfectos, y no hay más palabras ni probabilidades, ni futuros divididos o unidos. Nada importa sobre estos minutos. Sólo tactos, aires, heridas, tus manos entre mi cabeza mojada, las mías al borde de la cama. Mis pies sucios dejan huellas en tus pulcras sábanas, como todo lo demás que he venido a ensuciarte y manchar eternamente, mis garras desangran tu habitación y tu espalda...tu espalda es tan perfecta, tus vértices, tus articulaciónes...todo en ti. Hasta tus ángulos más ocultos.
Y suele sonar a ratos una despedida
y otros la unión eterna de una gran equivocación, de una casualidad.
La unión forzoza de dos polos positivos.
Tu sombra en la pared, curva también, protegiéndo la mía, a horcajadas de la tuya, espanta los humos negros y pestilentes de mis fantasmas que habían invadido tu espacio y tus gritos apagan como furiosos golpes de agua giratoria las voces de fuego intermitentes en mi cabeza. A veces constantes.
Todos los gritos y alaridos se unen en uno solo
una oscuridad se escapa por la ventana, y amanece solo para nosotros.
Y te quiero a mi lado y quiero que me ates, como a un demonio enjáulame y guardame en tu ático. Domestícame o exorcísame.
Te amo sí, te amo y te sumergiste en mis poros.
Te amo y te evaporaste cuando no te tenía y te respiré en el ambiente.
Ahora
Lucas
eres mi sangre.