viernes, septiembre 22, 2006

Suelo recordarte cuando dejo la toalla húmeda en el piso del baño, cuando se me queda abierta la puerta del refrigerador o el domingo en la mañana cuando el panorama más entretenido era acompañarte a donde tu quisieras ir, sin importar donde, eras tú y yo. Yo y todo lo que quiero ser, yo y tus historias y tus poemas y tus tragos y tus recuerdos de bares añejos, de noches negras... tan parecidas a las mías.

Eres tan igual a mi.

Hoy te vi, tenías el pelo más corto, las cejas más largas, los ojos como siempre amarillos igual que parte de tu barba y dientes por todas las cajetillas de cigarros de tu vida. La misma chaqueta, el mismo olor, la sonrisa caída, el cansancio a cuestas, cargado, triste como siempre, adolorido, herido como un venado pequeño. Y olí como siempre la pena y la sentí mucho antes de que me saludaras. Recordé tu casa vieja, tu refrigerador vacío, los platos sucios y tu cama deshecha, tu máquina de escribir y los kilos de hojas de roneo escritas, algunas amuñadas, arrojadas en cualquier parte menos en el basurero. Recordé la botella de wishky, tu teléfono antiguo, el polvo de tus muebles, todo sucio y despreocupado como tu, tu cámara fotográfica, el periodista en ti, mis ganas de ser. El precio de una infancia que mata en la mitad, de la vida a patadas, de piedrazos en la espalda, sí, tu vida dura.

Y caminamos... Abusando de las vitrinas, del aire del centro, miraba tus pies, tus pies porque no siempre logro verte la cara, porque siempre pienso en ti cuando estoy contigo. Recordando, recordando cosas, golpes, gritos, palabras a la fuerza, bailes. Y hoy, hoy me viste llorar, como lloro siempre, pero como nunca lo habías sentido, y estábamos solos y no había nadie más y no tuve escapatoria y no supe que guardar. Nunca como antes vomité palabras pensando en nada y en todo lo que no quiero pensar. Contándote que las cosas piensan por mi, mientras yo no quiero sentir nada... Y me miraste... y te vi tan claro y cerré los ojos para que no doliera más, para no seguir contando las horas de tu partida, y cerré los oídos para no escuchar tu silencio, el mutismo artístico en el que sueles caer cuando la vida te golpea, cuando mi vida te cae en las manos.

Cerré la puerta para que no te llevaras lo que me trajiste por horas. Cada paso, cada segundo era un abandono y no pude inventar la manera de detener el tiempo, abrazarlo, atraparlo, gritarle que no sigan corriendo los minutos, porque no quiero que te vayas de nuevo. No me des la vida si me la quitas, no armes esa maleta en mi cara ni cuentes los libros que has leído ante mis ojos impávidos, ante mis brazos tiesos con miedo de abrazarte. No me sigas recordando lo mucho que te admiro, lo tanto que te amo, la falta que me haces, lo dolorosas que son las noches sabiendo que no estas en el primer piso leyendo y tomando o fumando y tomando antes de dormir, escuchando jazz, jugando con tus bigotes mientras yo veo desde la escalera en una esquina como repiensas tu vida, como evalúas tus años, como te crecen las manos, como las mías se hacen más pequeñas a tu lado.

Y yo estaba ahí, cuadras atrás, con los ojos empañados contemplando una vez más como mi padre se va.

lunes, julio 24, 2006

Lucas


Siento que en algunos momentos que tus huesos afilados y tus abrazos en la mañana harán que de alguna manera ya no fume 20 cigarros diarios.que no le tema a los tenedores, a los sonidos de los platos y a los olores de cocinería. Que las puntas de tu pelo mojado corroerán las pocas ganas de tipear cuando quiero esconderme u olvidarme. O temer ser olvidada.

Y a veces la luz que he visto en tu lugar penetrará los poros de mi cuerpo que por la noche se cierran. Y ahora abrir una cortina en la mañana, recibir un chorro furioso de amarillo.blanco hípico en el pecho de a poco quemará la nube negra que tragué quen sabe donde.

Me pego en el humo de quizás el penúltimo de mis cigarros escritos y veo futuros en las hondas de nicotina, imaginarios personales de una incertidumbre que me quita el sueño. Mi no.seguridad me permite y me cede los espacios para cuestionarme todo lo que puedo, lo que no y todo lo que quiero y lo que no quisiera también.

En tus espacios se esfumaron los taxis a media noche de departamentos desconocidos, de botas negras encima de una lavadora, de películas de mentira, de sexo seco doloroso y sin ese orgásmo llorado cuándo te veo tan cerca. Te veo. En estas, nuestras rutinas, se regenera la piel, se queman las falsas promesas de animales sin alma, de extraños sin formas, de solubles rellenos de soledades y desamores míos, solo míos.

Le sigo temiendo a ese espejo gigante de la entrada, ése que reflejará mi maleta en tú tiempo, al reflejo del nuevo...
solo del nuevo. Ese nuevo que no quiero denominar.
De las nuevas maletas y de la nueva ropa que verás en una pieza que limpiaste, que evaporaste, que ahora estará ocupada por... Sí. Por mi y mis rayos, mis esporádicas soledades y mis furiosas rupturas. Y te atreves más que yo, porque mi amor es en secreto hacia tus ojos. Mi amor que es en códigos hacia tu espalda cuando no estás viendo que te miro mientras duermes, porque yo también lo hago. Y cierro los ojos cuando los abres porque sabes que estoy despierta.

Ya no podrás decirme que temo huír. Ya no podrás decirme que temo a lo que amo. Sí puedes encerrarme y gritarme que no soy dueña de la vida y que los miedos son libres de partir en algún momento.

sábado, julio 15, 2006

The Forgotten Girl


No creo que sean muchos los olvidados, no al menos los que suelen reír por las noches y volver tarde. No al menos los que deciden juntarse y sí olvidados son los que se duermen antes para no sentir. Olvidados quizás por querer ser olvidados o por sentirse solos, desolados y fríos, cuando se supone tanta gente recordándo y extrañándolos.

Los olvidados que prefieren abstraer el alma en el preciso momento en que deben hablar. Entonces vuelven al paraíso que han creado, con pequeños hombrecitos y princesas de plasticina tóxica en un cartón que cabe bajo la cama. Volver y esconder la cabeza como las avestruces en una tierra que supuestamente no los vio nacer cuando las lágrimas son más grandes que la cara. Vuelven y toman fotografías de cosas que solo ellos comprenden y que quienes no los han olvidado pueden comprender o simplemente gustar. No están muertos pero no mentiremos y muchos quisieran estarlo.

Y los olvidados chocan con las paredes y rompen lo que no creen que sirve y tiran el alma al suelo y la pisotean para que alguien la recuerde, para que nadie se olvide y vea la sangre de aquellos que han sido desterrados.

viernes, julio 07, 2006

Reprobé


Gracias a lo que pude haber sido sin ésto. Sin Colon con Capitanía. Sin la enfermedad. No sé si sin lo que soy. Haber sido otra ¿Haber aprobado?

De lo que fue hoy es lo mismo y de lo que pudo haber sido no ha cambiado. De lo que confiaban no fue y de la desgracia hubo hasta salir por un: sabes que no diste mucho. De los que confiaban todos cayeron y muchos creyeron. Y me ayudaste y fallé, y te fallé y te exigí y no me exigiste y no hubo respuesta, y fumaste y noches en vela y no dormir y no dormir y no dormir.

Hubiese querido, y decir que hubiese podido es correcto también, sin los fantasmas, sin las noches pensando en las cosas en las que un psiquiatra quiere reparar.

Hubiese querido escribir, si ahora no quisiera dormir.
No más palabras, no más consuelos y las ganas de no ser lo que soy hoy no sé si han cambiado. Tampoco se si las cosas que veo hacia atrás cambien, tampoco se si quiero que cambien.

Y ella se raja el cierre de la chaqueta y trata de ordenar papeles de esfuerzo que se fueron al carazo por las pocas posibilidades de ser quien nació.

sábado, julio 01, 2006


Ya se:
No estoy sola y todo saldrá bien. Es algo cognitivo ¿Es algo pasajero?

¡Pero yo lo sigo viendo! No vengas a mi con tu mundo de velos y mariposas. No me aconsejes como aconsejarías a cualquiera. No me restrinjas la benzo. ¿Y te duele cuando te pido que no me toques? Cuando te recuerdo que a los 17 me dijeron que esto era contagioso. Y sí te duele cuando en la noche me hago un feto desechado...y cuando hablo de tiempos que nos harán mejores personas. Separadas. No me cuides el humo.

Yo me quiebro los espejos y yo solo se cuando...nada se. Y no prometo ser como cuando algo extraño anda por mis venas. Y no prometo dejar de querer probar la heroína. La heroína del cuento, de tu cuento. ¿La droga? decide tú.

¿Y si lloro y si te siguen gustando los besos de la flaca? Y si...

No es tan así. Lo crees todo. Entonces hazme creer que sí - que aquí debo estar - que es el norte - que vendrás cuando te vas - que las esperas no serán eternas - que no es contagioso. Créame

Entre las cosas que carezco
ahora lamento no ser mejor dibujante
y no hacer justicia a tu silueta.
Mejor te saco fotos
mejor te esculpo con mis manos
mejor te escondo entre mis brazos

Y hazlo y extirpa y tira dale fuerte a mi mano que busca debajo de la cama. Y corta la otra mano que atraviesa la pared. Esa que me toca cuando no estás, cuando no está el poder de tus 55 kilos y de tus manos andrógenas

Si te presto mis ojos por un segundo
verías el cielo y
quizás entenderías porque me sudan las manos cuando te acercas.

Y si me los das te quedas en blanco ¿Y yo? Yo ya no me veo más.
Yo solo te espero en la paciencia, en la radiografía de una habitación cansada.

sábado, junio 17, 2006


Si era tarde o temprano,
eso depende de la vida de los demás.

La luz de velador y la música de los escalofríos.

"But I´m more
than just
a little
curious
How you're plannin' to go about makin' your amends"


Cojines, la espalda en el respaldo. Las manos entre medio de las piernas, frotándose, huyendo del frío, escarbando el cubre camas, presionadas por letras, los libros, las lecturas para mañana. Sweater y gorro encima. Café.
Las horas transcurren entre líneas en los fundamentos del periodismo y en la tranquila estancia de la mente en lo ajeno, en lo concreto que no permite evaluaciones, que no provoca insomnios ni uñas mordidas. Instantes de una paz casi tal cual como la soñada, la añorada, la fugitiva. La paz que no perdonó el quiebre, que escapó a la verdad, que hoy no habita. No en las esquinas, no en las paredes, no en los papeles.

La luz de la lámpara y las sombras de los objetos, como botellas de coca cola light, crean contrastes en las paredes. Gemas estáticas, cuadros oscuros, figuras claras. Canelas. Su cuerpo en la cama, sentado y un cuerpo aún más grande en la sombra por encima del ropero, el ángulo prismático de las luces, el lugar de juegos, de palomas inventadas, de palomas negras, de animales que se comen, de corazones a dos manos que se los lleva la luz natural, asesina de las sombras juguetonas.

Sin avisos, sin ruidos, sin velas que se apagan de la nada, sin recursos estéticos cinematográficos de cine de terror, asi tal cual, un puño acuoso cruza la pared convirtiendo el cemento en un líquido tétrico, transformando las cáscaras de pintura en tinta fresca. Girando la cabeza del cuerpo encima de la cama hacia la pared de atrás, casi esquivando mecánicamente el golpe. No gritos, no rupturas. El puño atrapa su mano izquierda y con la derecha comienza una lucha mientras la pieza se inhunda de tinta negra, como la lluvia en la ventana. Lluvia que no es la blanca, sino la negra, no la que limpia. El rocío que quema en las mañanas de un día cualquiera que no amaneció frío, sino negro, sin sol, sin faroles. Debajo de la cama hay algo, algo que cortará, que salvará, algo que hay que buscar con una sola mano, que no alcanza, que no permite, que solo hasta hace poco esta ahí. Situado en base a un acto premeditado de autoayuda. Pero ¡ah! algo no permite, no permite ¡tirar bien!. "¡Suéltame!" Buscar, buscar lo que sana, lo que amputa el puño, lo que extirpa la angustia.

Debajo de la cama. Debajo de la cama.

domingo, junio 11, 2006

Mockingbird

Now hush little baby don’t u cry
Everything's gonna be all right
Stiffin' that upper lip up little lady I told ya
Daddy’s here to hold ya through the night


Es tarde y en el espejo mi cara hacia adelante y hacia atrás bien adelante acerco la cara hasta desfigurar las lineas difuminar la luz y dentro del ojo el blanco el rojo el café el negro un giro y ahí una imagen algo oscura una niña una calle se cierra el ojo intenta capturar ¡grita! ¡abre los párpados! de a poco, así...lento. Menos ravotril.

En la pupila un bus y ella sentada -21 ventana- para mirar lo que se queda y lo que luego viene lo que se está muriendo y que de vuelta resucita Para ver las cosas que caen luego de cerrar la puerta como ruedan los miedos por la carretera como se van quedando los abrazos mendáces y algunas noches plásticas falsas furiosas rojas como las rayas del ojo tan esporádicas como éstas mismas De agarrarse la cabeza y girarla violentamente en trecientos sesenta grados tomarla y reventarla en el respaldo de la cama de hundir las uñas en la piel para que entiendas para que entiendas tu para que entienda él para que entiendas tu para que entienda ella y ella que no lo vea mientras limpio la sangre en el baño que no lo vea que no me encierre cierra la puerta ¡no abras! Cierra con el pie patea que no empuje la puerta que se escape yo limpio yo limpio De esperarte de noches de mostrarte el dibujo que hice que no viste que hice en el colegio de contarte que me caí que me rompí que me quemé que salvé y tuve una mascota cuatro horas una paloma de contarte que no estás de decirte que no has llegado que tu teléfono está malo que hay reunión de apoderados que la mamá quiere cigarros que no quiero ir a comprar que no hay pan que no quiero comer pan que no quiero comer que no quiero tomar agua que no quiero ir ¡que veas! que esas noches vienen y van mas vienen que se van.

Y noches que se van mientras me voy y se quedan ahí esperando calientes en la carretera recien accidentada histéricas pacientes de oler un pétalo de un minuto de felicidad de paz que no debe estar minutos que deben destruír con colmillos hambrientos cuerpos de gas negro y vuelven conmigo cuando comienza la vida la vida la vida cuando vuelvo y me siguen me atrapan me esperan en el kilómetro cuatrocientos en la mitad me miran me buscan se agarran se cuelgan del bus trepan y las empujo cierro los ojos cierro a cortina te miro duermes me tapo la cara cierro la cortina cerrada y me abrazo las piernas te miro duermes me miran desde la ventana miran diciendo negando una salida bailando mis angustias humedeciendo mi mecha y ya es el kilómetro cierro la cortina las espero cierro la ventana no alcanzo me qitan la mano le muerdo las uñas me tiran el pelo pateo la ventana te miro duermes vomito y se cuela entre los dedos me cuelo entre tus dedos se me abren los ojos grito y no hay voz te miro no escuchas una noche en un hombro una noche en la ventana una me tira un brazo otra me mira un ojo cierro el otro me toca un golpe y abro los dos sus manos en mi cara apretándome las mandíbulas ¡abre la boca! ¡abre la boca! entra una noche me ahorca me asfixio la garganta yo ¿y tu? ¡abre los ojos! una en los ojos en mis ojos el blanco el rojo el café el negro el negro el negro un giro y ahí una imagen algo oscura una niña yo la niña en la cama de un golpe mirando la ventana con el estómago lleno de noches que me violaron la traquea inhundándome sin pudor.

miércoles, abril 05, 2006

No, nada...solo no me gusta hablar. Dejame sola ya?
Sí, ya se que me hace mal, que todo es difícil...como no voy a saber, si vivo comprando parches curitas y fluoxetina. Si vivo escondiendo las muñecas.
Where are you nice dog?
No me preguntes, no quiero hablar, no puedo porque me atraganto, y de todas formas la respuesta al kilo de pañuelos desechables en el tacho eres tu y tu. Y tus abandonos y tus falsas promesas, y tus historias y tus condenas, y porque no decirlo, tus golpes.
Tus cortos tiempos, el trabajo y las botellas.
Tu paso por el hospital y mi vida que se quedó ahí, silenciosa, a oscuras detrás de tu puerta cerrada.
No me voy a refugiar en Freud, no soy puta porque tu me faltaste, y si lo soy o lo fui, en eso nada tienes que ver.
I can forgive and i´m not ashamed of the person that I am today, dijo el gordito de Staind.
[cita periodística, no la vas a corregir]
No me averguenzo, pero me matas constantemente sabias? Porque soy tú en una versión procazmente mejorada, en una versión con respuestas y con psiquiatras a tiempo. A veces pienso que pagas porque dentro muy dentro te sabes responsable de mis patologías. Entonces, me curaste las heridas por culpa? Porque tú me curaste!
¿Y mientras pasabas el algodón con povidona? ¡Qué era eso! ¿Perdóname? Perdóname y te retiro la sangre seca, perdóname y sigo siendo tu ídolo, tu arrayán, tu amigo, tu papá horizontal.
A pesar de todo sigo siendo electra y no retrocederé a los comentarios, y no me importa tu locura ni que seas desquiciado, porque eres un genio, un genio ausente pero mi genio al fin y al cabo. Se que puedo más que tu psiquiatra, se que puedes mas que la mia, que somos causa y concecuencia, se que puedo ser tu refugio, ese lugar al cual quieres escapar cada vez que el mundo te encara su verdad. Yo puedo ser esa parcela a las afueras de la cuidad cuando tengas 70, el viaje a europa, el asiento en la butaca presidencial del Teatro Municipal.
Tus espacios siempre estaban sellados con Do not disturb, no te preocupes, me quedaré en silencio, déjame acompañarte, no me apartes que me aparto de mi, no te preocupes, esta noche me quedaré denuevo en silencio, no golpearé los pies, me comeré toda la comida.
No te preocupes.
Esta noche me quedaré en silencio.

viernes, marzo 31, 2006

Pronto las cosas se fueron alejando, mis cosas/tus cosas, las promesas sudadas, las ventanas empañadas. Vidrios explotando hacia adentro, clavando violentamente cada esquina del cristal en nuestras caras, en nuestros cuerpos, en las almas.

El ruido ensordecedor/La mutilante explosión. Nuestros oídos en mute. Todo en mute, todo y todo y todos.

Y te dije que te había creído, que te había esperado, y tratabas de apartar los cristalesrotos de mis ojos, gritando que queías, quehabíasquerido, que habías tratado, quehabías tratado, que te habías congelado /que yo te había congelado en ausencia, en reminicencia, en memorias que viajaban más rápido que yo, en los recuerdos que me adelantaron kilómetros y kilómetros.

Que ahora no quedaba mucho, que me querías mucho /por lo que quedaba/ que había sido todo tan lindo, casi tan lindo como yo - que nunca ví.

Y te apartabas, desbloqueando rápido el espacio que me protegía de los cristales, te volvías transparente, te ví, y me matabas tanto, y me moría tanto. Tan lento mientras girabas tan hermoso. Y yo tan azúl, tan cortada.

Ahora los ecos golpeaban. Que yo te congelé que yo te congelé que yo te amé que yo te amé, que yo te amo que yo te amo, que todo se difuminó, que la distancia nos mató, que el verano fue en vano, una ilusión cristiana, como una iglesia en un pueblo fantasma: sin realidad, sin consecuencias.

incoherente
imperecedero
insensato.

domingo, marzo 19, 2006


Desde la húmeda esquina del pasaje apresuró sus pasos para que la tormentosa lluvia de la ciudad no empapase su chaqueta por completo. Ni su alma
Ni su pelo
Ni sus sueños

Veinte pasos hacia la mitad, tres para entrar, ocho subiendo las escaleras.
En la habitación una agitada respiración invade, la mano en la tranca.

El bolsito no cae, los pies húmedos aún, se desabrocha los zapatos y hacia la esquina de su cama uno de sus brazos se estira mágicamente a coger la herida, la pre-herida, el arma blanca de los sueños negros, la vía, la válvula...

Sus ojos se convierten en óvalos transparentes que reflejan la imágen de un árbol perdido en la nada, en un lugar oscuro, neblinesco, un lugar parecido a la esquina de su casa. De esa casa, sin casa, sin esquina, en sus ojos no hay nada.

Con el arma, sin zapatos, con bolsito, sin chaqueta, sin piel, llúvia ácida y corre hacia el árbol, a encontrarlo, a escarbar en los sueños, persiguiéndo la imágen, invento creativo de la mente más perversa, violadora de ilusiones.

Ciega roza el suelo, casi imperceptible entre la bruma, fantasmagórica, sin encontrar el árbol, girando dentro del huracan provocado por sus entrañas en todo lo que toca. La desesperación invade, los sueños se evaporan entre la lluvia que queda de una noche imaginaria, de un cielo plateado de una lluvia de navajas, y el árbol sigue sin aparecer. Como aire en las venas, como una inyección vacía.

El árbol, finalmente, en un lugar desconocido, un lugar ubicado tras las huellas del hilo de sangre que corre desde la esquina hasta su casa.

viernes, marzo 17, 2006

Diplomática Violencia

Los poros comienzan a sobre oxigenarse y saturarse cuando es imposible conciliar el sueño, cuando piensas en lo que fue y en lo que viene, en lo que dijiste y en lo que no deberías o podrías haber hecho, aún cuando el futuro más próximo en tu vida sean las siguientes cuatro horas que quedan para presenciar el amanecer nuevamente, con los ojos entreabiertos e histéricos, plagados de estáticas rojas arañas.

Mis manos entre mi pelo, se convierten en furiosas raíces tratando de escarbar la tierra para poder vivir, para nacer denuevo, se curvan como recargándose de energía para salir de ahí, de eso, de mi cabeza, de mí, de todo, tratando de cavar hoyos en el cráneo, para enraizarse, para que los pensamientos se fuguen como gas desde una válvula abierta, silenciosos, discretos, imperceptibles, de pasos panteréscos y quizás intencionales, tratando de evadir los testigos. El testigo.

¿Y qué es lo que podría haber hecho, porqué, qué? Para dormir quizás haber estado despierta en ese momento, en ese instante en que mirabas hacia tu derecha preocupado, mi cuerpo inerte en el asiento del copiloto, podríamos quizás no haber tomado, o haber entrado a donde íbamos a entrar, o no haber zafado las órdenes, haber matado, o no transgredido las leyes. Y todo lo que se podría haber hecho terminó en un montón de moretones dolorosos, en montañas de remordimientos, de angustias y de miedos. En una patrulla exacta, castigadora y amenazante, en una grúa, en lluvia, en ti y en mí en un frío hospital.

No voy a dejar que nos separen, lo repetí entre balbuceos y búsquedas descontroladas de tus manos o tu cara, al menos diez veces mientras tratabas de zafar tus piernas del asiento, mientras tratabas de salvarme, no voy a dejar que nos separen, mientras me ayudabas a empujar la puerta para salir y buscar ayuda, no voy a dejar que nos separen, mientras los carabineros tomaban mis brazos y me alejaban de ti, interrogándote, sofocándote, y yo congelada en una patrulla, tratando de observarte, pensando y odiando mis vicios, mis excesivas culpabilidades, cerrando los ojos para poder perdonarme, una vez más, para eliminar las piedras de mi conciencia.

Si yo no hubiese tomado, mientras ingresábamos al hospital por esos pasillos interminables, grises, fríos y mojados, si yo no hubiese tomado, mientras te inyectaban la jeringa maldita, si yo no hubiese tomado, mientras constataban mis heridas culposas.

Quería verte y las gigantes puertas de acero se cerraban ante mi, tras de ti, laberinto asqueroso lleno de gemidos tortuosos de cientos de dolores ajenos que se convierten en tu dolorosa condena y en mi merecida perpetuidad.

Quizás ellos lo sabían, como tu madre, sabían que no debería haber hecho tantas cosas, que no debería haber permitido tantos asaltos, y por eso cerraban las puertas, y yo desesperada jurándote en el alma que no nos iban a separar, que nadie entendería, que el silencio era lo mejor, que sí, sería justo que me apedreen, que ..si yo no hubiese tomado, que si yo no hubiese muerto a ratos estaría a tu lado hoy, en paz, en esa paz que tenemos constantemente hasta que se corta con el viento de la distancia, la inminente distancia que ha venido a jodernos, mierda!
Mierda! justo cuando mi alma estaba a punto de blanquearse, la culpa es insistente, mi magia negra es eterna, los vidrios, el auto, todo destrozado, tu alma, tus papeles, mis sentimientos, tus ojos, tus piernas afiladas, mis huesos huecos.

Si yo no hubiese hecho tantas cosas, que hija de puta.

A ratos tus manos temblorosas lograban alcanzar las mías, y yo te miraba con ojos de culpa vergonzosa, te sentía tan fuerte, tan fuerte como nunca te vi, como siempre quize verte. Y tu, tú me mi mirabas con los mismos ojos, pero tuyos, con los que perdieron el camino por mirarlos a éstos, a los míos malditos, cegadores, encandiladores de prohibiciones, para hacerlos despertar, por evitar que se fueran, para hacer que me quede. Gritabas con tus manos. Tus manos me encontraban, me buscaban cuando no respondía, cuando tiritaba, estaban frías, petrificadas, en ese momento y para siempre.

Mojados hasta el alma, caminamos, caminamos y caminamos...
Tú pensando en tu vergüenza y yo sabiéndome culpable bajo una diplomática violencia

Tú pensando en que decir, y como siempre, yo

diciendo nada.

sábado, marzo 04, 2006

Mi sangre

L: ¿Qué? vas a arrancar denuevo, asi como sueles hacerlo, asi como has vivido toda tu vida, huyendo de los lugares en donde ya no te gusta estar o donde temes estar.
Av: Sí, me gusta y que, ¿Qué vas a hacer al respecto?
L: Nada, porque eres una cobarde, porque vives con miedo y miedo de enfrentar tu miedo a amar, a reconocer las cosas que te hacen daño y luchar en contra de tus fantasmas.
Av: No es as...
L: Estás en un lugar y te refugias en un oasis de gente, comienzas a aferrarte y ya tienes la fuerza suficiente para escapar denuevo
Av: Qué sabes tu de mi! eres un pendejo hijito de su mamá.
L: Y que sabes tu de ti. Eres una pendeja hija de nadie, muriendo por ser de alguien.
Av: No te oigo, no pienso escucharte.
L: Ni a mi ni a nadie, solo porque sabes que es cierto, porque también le temes a la verdad, y me dices que te olvidaste de mi porque te acabas de dar cuenta de lo enamorada que estás de mi y lo difícil que será tu vida si nos separamos.
Av:Mentira, ya no te quiero, nunca te quize ok? Déjame tranquila, Déjame! me voy, suelta la mochila!
L: Sí me quieres, me amas y sabes qué?
adivina: Tienes miedo!
Av: No te tengo miedo
L: No a mi, o quizás a mi poca fuerza, pero es miedo a lo que tengas que hacer para seguir amando. Dejate de arrancar Paz, dejate de arrancar.
Vamos abrázame, ahora no tienes que tener miedo.
Av: ¡No quiero! ¡Déjame tranquila! ¡No te quiero! ¡Aléjate de mi! ¡No me toques! ¡Olvídate de mi y de todo lo que te he dicho, olvídate de nosotros y de esta loca que te ha alejado de todo lo que tu más has querido!...De esta extraña que te blanqueo los ojos para que no vieras nada más, y que no puede entregarte todo lo que quieres...me voy y no estoy más.
L: No te vas, estas muy cerca mío
Av: Solo me quiero despedir, sí lo haré, te juro que lo haré...te lo juro que...
Mi cuerpo se curva con tu cabeza golpeándolo hasta quebrarlo, mi pelo se clava como púas en tus dedos suaves yperfectos, y no hay más palabras ni probabilidades, ni futuros divididos o unidos. Nada importa sobre estos minutos. Sólo tactos, aires, heridas, tus manos entre mi cabeza mojada, las mías al borde de la cama. Mis pies sucios dejan huellas en tus pulcras sábanas, como todo lo demás que he venido a ensuciarte y manchar eternamente, mis garras desangran tu habitación y tu espalda...tu espalda es tan perfecta, tus vértices, tus articulaciónes...todo en ti. Hasta tus ángulos más ocultos.
Y suele sonar a ratos una despedida
y otros la unión eterna de una gran equivocación, de una casualidad.
La unión forzoza de dos polos positivos.
Tu sombra en la pared, curva también, protegiéndo la mía, a horcajadas de la tuya, espanta los humos negros y pestilentes de mis fantasmas que habían invadido tu espacio y tus gritos apagan como furiosos golpes de agua giratoria las voces de fuego intermitentes en mi cabeza. A veces constantes.
Todos los gritos y alaridos se unen en uno solo
una oscuridad se escapa por la ventana, y amanece solo para nosotros.
Y te quiero a mi lado y quiero que me ates, como a un demonio enjáulame y guardame en tu ático. Domestícame o exorcísame.
Te amo sí, te amo y te sumergiste en mis poros.
Te amo y te evaporaste cuando no te tenía y te respiré en el ambiente.
Ahora
Lucas
eres mi sangre.

lunes, enero 09, 2006

Preciso Precioso y Perfecto

Y sí me importabas mas que el resto.
Pero mi egoísmo es inevitable, y no es intencional, yo no soy intencional y lo que hago es producto de mi insanidad mental [en conjunto con todas las cosas que pienso]

Ya lo había hablado, y hoy lo desahogue nuevamente:

Pero que pasa, si simplemente NO tengo la capacidad de amar, que amar es un don, y que solo no nací con ese don. Porque si las cosas cambian tan rápido como tu lo dices, ¿Porqué es esto lo único que se mantiene constante? que no cambia, y que me hace arrancar.

Tengo identificado ese momento en el cual decido tomar el tren.
Como te dije: Cuando sientes que tras una discusión puedes dar un giro y comenzar a caminar, y sabes, siempre sabes que te van a tomar la mano para que vuelvas y pedirte que te quedes, entonces vuelves y sonríes, pero sonríes porque te despides, le sonríes a tu estupidez y al estúpido que tienes en frente, lo abrazas y le dices secretamente "otra vez". O como en El Túnel: Lo siento María, voy a tener que matarte, me has dejado solo. Solo que tú, no me has dejado sola.

Son esas cosas, esas malditas cosas que pasan en un segundo, que te arden la piel con promesas del mas allá, que te llevo conmigo, que nos vamos al fin del mundo. Y así tan rápido como el te amo que vomitamos, se queman las cosas, y no es el incendio el que duele, son las cenizas que te manchan y te persiguen hasta que das vuelta otra y otra vez.

Quizás si me amaras menos, si me trataras mal, si vieras de verdad quien soy o si vieras a quien yo creo ser, quizás no soporté la ausencia de un taxi esta vez. Ahora me podía quedar, nadie iba a llegar, no había que trabajar o simple, nada que esconder, y la transparencia me hizo transparente, invisible, hasta desaparecer.

Y ahora me voy lejos, lejos de ti y muy cerca de mi. Quizás logro encontrar lo que perdí, quizás de cama en cama recobrando los pedazos de algo que destruí y que no te pude entregar, o llamando a cada taxi de vuelta y buscando mis escencias en los asientos traseros, logre entregarte algo más, algo más que adioces, algo más que voces en la medianoche y promesas que [ahora] se que no voy a cumplir.

Ahora eres tú, el que es preciso, precioso y perfecto. Mientras yo solo soy la inexacta, horrible e imperfecta pendeja desconocida [y yo lo se todo de ti]

Forgive all the things I should have said

Y olvida también los títulos de las noches y mi cara en tu almohada o el infinito odio de tu madre hacia mi, recupera tus cosas y todo lo que dejaste olvidado en el camino a esta...

a mi.